Si hay algo que nos gusta más a los españoles que el fútbol, es encumbrar a alguien mediocre a los alteres y luego verlo caer entre gritos de odio y satisfacción. Es lo que, tarde o temprano, le pasará a Belen Esteban y cuyos primeros signos se están viendo, cual augurios de adivinos.
Belén ya sobra, ya cansa. Los tiempos de "yo soy co presentadora" han pasado. Ahora se dedica a interrumpir con su voz estridente a los que hablan, diciendo paridas malas que no vienen a cuento. No saben qué hacer con ella. No tiene el tirón de antaño y la gente empieza a no tragarla. Demasiado chalet para ser la princesa del pueblo, demasiado defensora de la monarquía para ser obrera, demasiada crisis para aguantar las gracias de alguien que viste de armani y se queda en choni.
La Belén que hizo línea y bingo a la vez ya ha pasado. La niña está creciendo y nadie duda que vivirá mejor que la mayoría de los españoles. Los tics dictatoriales sobre nadie puede hablar de lo mismo que hablo yo son demasiado evidentes. Si ella fue una esposa despechada que hizo su fortuna despotricando contra su ex marido y su familia, que no haga lo mismo Fran y se calle.
No tiene nada que aportar. Nunca lo tuvo, pero durante un tiempo hizo gracia. Ahora ya no.
Los primeros signos los da la misma cadena que la encumbró y que le paga el chalet. Si antes era intocable y nadie se podía meter con ella, ahora ya ni lo uno ni lo otro. De tanto en tanto le meten pullas, enfrentamientos, batallas...hay que amortizar la inversión. A ver lo que dura.
En el fondo, no es mas que una niña mimada a la que se la ha tenido demasiado consentida demasiado tiempo.
ResponderEliminarmatango; me da que la amiga Belén va a ser un personaje recurrente en este espacio...
ResponderEliminarUn abrazo