CONCHITA Y SU POLÍGRAFO

María José tiene a su acordeón, Esther a su mundo y Mari Carmen a sus muñecos. En la ilustre lista de mujeres y sus objetos (qué mal suena eso) encontramos a Conchita y su polígrafo, fenómeno (por llamarlo de algún modo) al que le vamos a dedicar unas líneas.

¿Qué se estudia para ser poligrafista? ¿Criminología? ¿Ats, especialidad en ritmo cardiovascular? ¿Un cursillo del CCC para saber manejar la máquina? Pues he de reconocer que no lo sé.

Pero supongo que la amiga Conchita lo habrá hecho. No sé…un master en criminología por aquí, un post grado en ats por allá, un curso CCC en los ratos libres…ala, a quemarse las cejas estudiando y luego para acabar trabajando en la feria. En verdad supongo que lo podría buscar en la red y en cinco minutos salimos de dudas, pero este no es un blog profesional y,  la verdad, tengo cosas mejores que hacer. Pero no es eso lo que interesa, sino la verdadera función del polígrafo. ¿Y ésta cuál es? Pues intentaremos resumirla en esta grabación oculta totalmente ficticia entre una choni y un directivo:

-Buenas, vengo a decir que Fulanito famoso trafica con droga, tiene una relación con una menor y además es del español futbol club.

-Y qué pruebas tiene para decir eso?

-Absolutamente ninguna.

-Y está usted dispuesta a decir eso bajo su responsabilidad y que las demandas le caigan a usted en exclusiva y que nosotros nos libremos?

-Por supuesto que no, a ver si se piensa que yo me caí de la higuera ayer.

-Bueno, pues no pasa nada…hacemos un polígrafo y  a la pregunta de ¿le consta que fulanito trafica con droga? Usted responde con un “no” como la catedral de Burgos, y el polígrafo dirá que Usted miente. Lo mismo con lo de la menor…¿es del Español en verdad?

-En realidad creo que es del Alcoyano…

-Pues le preguntaremos si le consta que es de ése equipo y en eso saldrá verdad, para que se vea que sabe de lo que habla…así le podremos acusar de lo que nos chote sin prueba alguna, porque en realidad no estamos acusando, sólo mintiendo al polígrafo.

-Son ustedes geniales. ¿La chupo ya o me espero a que acabe el programa?

Pues esa es la razón de ser del polígrafo. Disfrazar de mentira las acusaciones más burras que te puedas echar a la cara y quedarte tan tranquilo, porque tu has dicho que no, que fulanito no trafica con droga ni folla con menores, incluso lo estás defendiendo a muerte. Qué lástima que el polígrafo diga que nones, que mientes como un bellaco, ni tú ni nadie tiene la culpa en eso. Qué lástima que la gente piense que eso, que si mientes es porque en verdad fulanito hace eso y lo otro, pero oye, tú no lo has dicho, ni el programa, ni nadie.

Un choteo en toda la cara, vamos. Una cobardía rastrera en la línea de los programas éstos.

En este berenjenal un día apareció el polígrafo, primero en el nada añorado programa LA MAQUINA DE LA VERDAD, presentado por Julián Lago (mediados de los 90, qué viejos nos hacemos), luego en programas de la tarde, y finalmente por cansancio desapareció una temporada hasta que los del DE LUXE lo han recuperado para demostrar más allá de duda razonable que tal petarda miente, o dice la verdad, o tales líos de cuernos son las tablas de moisés en verso.

Con esta nueva tanda de polígrafos apareció también nuestra amiga Conchita, que es la mujer que maneja la máquina e interpreta sus resultados. No sé de dónde la han sacado ni, como he dicho antes, qué acreditación tiene. En principio cualquiera puede manejar una máquina con un libro de instrucciones y algún tiempo libre, pero suponemos que Conchita va más  allá y ha hecho cuanto menos un curso                CCC.

La cosa es que si un juzgado, aunque sea norteamericano, no concede ninguna credibilidad a dicho instrumento, no sé por qué lo vamos a considerar creíble nosotros. Primero porque si yo estoy loco y me creo Napoleón, el polígrafo dirá que digo la verdad al decir que yo soy Napoleón, aunque en verdad sea un loco de nombre Pepe que se cree tal. Segundo porque si soy tan jeta que ni me altero al mentir, como la mayoría de estos personajes,(verdaderos profesionales de la mentira y el engaño), pues el polígrafo no va a notar ninguna alteración cardiaca y por tanto dirá que sí, que digo la verdad, cuando simplemente estoy mintiendo como un bellaco pero con toda la jeta y tranquilidad del mundo, pensando simplemente en los billetes que voy a cobrar.

Pero a lo que íbamos; si ni los tribunales conceden veracidad a éste aparato…¿se la vamos a conceder nosotros, que además vemos que está en manos de tele5, profesionales de los montajes, la mentira, el vender humo, etc…? ¿Vamos a creer los resultados de tal aparato cuando personajes afines a la cadena, como Belén Estaban, se someten a él y dicen siempre la verdad, y personajes digamos…er…menos afines, sale fifty-fifty según toque?

Pues sí, lo vamos a creer. Porque sale Conchita. Con esa seriedad, esa profesionalidad, esa porte de doctora a la que confiarías tu vida…cómo no te vas a creer al polígrafo? Si lo maneja una profesional! Debe ser algo serio. No una máquina de feria, no una exhibición de circo…algo serio, algo científico. Como el crecepelo, o el jarabe ese que curaba cojos que vendían los pioneros del Oeste.

La gente  es muy mala y siempre está inventando. Hay quien dice que a Conchita esto del polígrafo no le da para llegar a fin de mes y que en verdad es churrera, y simplemente cuando la llaman va con su máquina, que guarda en el garaje de sus padres,  y punto. Lo cual tiene su interés, porque el polígrafo al fin y al cabo lo usas de vez en cuando, pero desayunar churros se puede hacer muy a menudo. Personalmente, si  se confirma que esto es verdad y me entero de en qué churrería trabaja, si puedo desde luego que me paso, especialmente alguna madrugada de ésas en que se junta el hambre, la resaca, el deseo de algo calentito y el poder mojar algo, que la noche ha sido un fracaso.

En fin; sirvan estas líneas como apoyo a la tal Conchita. Por un lado, por el papelón que está haciendo como seudo-científica, algo así como una extra  de villana en las películas de AUSTIN POWERS. Por otro, por los sapos que supongo se tiene que tragar. Porque mira, aún siendo un poco flexible, me puedo creer que el polígrafo sea en verdad un medio para medir ciertas alteraciones al mentir. Pero desde luego a quien no me creo es a tele5, que intuyo manipulará las  preguntas según le venga en gana.

-Oye, que en el polígrafo de la Esteban se me ha roto la máquina.

-Pues nada, te compramos otra, pero a la Esteban ni tocarla. Te la apañas como quieras, pero ella siempre dice la verdad.

-Lo que tiene que hacer una por librar de la churrería un sábado…por cierto, me he quedado sin tónel, que esto gasta tinta que no veas…¿lo puedo coger de vuestras oficinas?

POSTDATA: Al final no me he podido resistir y veo que Conchita se apellida Pérez y tiene una empresa de poligrafía profesional. Veo que es psicofisiologista forense, que suena muy mal pero sigo sin saber dónde se estudia, y ofrece sus servicios a empresas, parejas y particulares. No sé, pero me da la sensación de que lo de churrera no iba tan desencaminado…