EL POLÍGRAFO DE RAQUEL MORAGUES, LOS CHURROS, TORQUEMADA Y SUS ROBINS DE COMBATE, TONTERÍAS VARIAS Y ALGUNAS CONSIDERACIONES.

Si en éste país hay algo que nos guste más que tirar a una cabra desde el campanario de la Iglesia, es quemar a una puta en la hoguera. Somos así, qué le vamos a hacer. Yo a veces también dudo que nos civilizaran los romanos.

A eso iban el viernes pasado un Santo Tribunal Inquisitivo formado por 5 colaboradores, una presentadora, una masa de público sin voluntad sacado de la Rusia de Stalin que aplaude cuando se lo dice el líder, la dirección del programa, una polígrafa-churrera con su juguete y un señor de Cuenca que pasaba por allí. Todos ellos contra una mujer, nuestra musa y amiga Raquel Moragues/ Kelly Mor, cuyo único delito es vivir libremente su sexualidad.

5 contra uno (sabido es el refrán sobre el reparto de mierda que decíamos en el colegio ante tales circunstancias) sincronizados bajo la vieja técnica del ataque- machaque, no dar tiempo a contestar y nuevo ataque-machaque.

No sólo eran muchos, si no que iban armados. Todo vale para lapidar a Kelly Mor, se lo merece, es una puta, jajaja.

Grabaciones privadas ocultas. Chistes machistas que no hicieron gracia la primera vez repetidos de forma machona. Si lo de que una mentira repetida acaba siendo verdad le funcionó a aquel ministro de propaganda de Hitler, no nos va a funcionar a nosotros que lo hemos ya más veces. Insinuaciones  y acusaciones que no se han demostrado lanzadas como verdades escritas en las Tablas de Moisés. Insultos mil, por supuesto. Carga de la prueba, matando el Estado de Derecho, a cargo  del reo y no de la acusación. Grosería envuelta en el parapeto del bien. El polígrafo-churro recién limpiado mirando con el dedo acusador. Público amañado que aplaude cada gracia sin gracia de los colaboradores, cada acusación infundada de los periodistas, cada corte brusco de la presentadora. Sólo faltó que la dirección del programa repartiera piedras entre todos y les ordenara lanzarlas a la voz de “ya”. Todo el arsenal de tele5 dispuestos a machacar a Raquel Moragues.

Hay que reconocer que no fue una pelea justa; no fue suficiente. Raquel se los merendó a todos.

Los tiempos están cambiando, que cantaba Bob Dylan. La puta de la hoguera no se deja quemar. Se veían nervios en las miradas de las huestes del bien y la moral. “Esta tía nos está contestando”. “Esta mujer se nos está comiendo vivos”. Ya lo dijo la propia  Patiño “chica, me  pones de los nervios, tienes respuesta para todo”. Lo cual no sé por qué la pone de los nervios, si ha venido a responder. Estas  pequeñas contradicciones que delatan.

Yo creo que el principal miedo, aparte, era otro : “a ver si nos va a quitar la silla, que esta tía es un animal televiso”.

Y es que independientemente del resultado del polígrafo-churro, que ahora comentaremos, la única verdad incuestionable es lo que desde aquí llevamos diciendo desde el principio y lo que te rondaré, morena. Que de todo este vodevil emerge Raquel Moragues como gran descubrimiento. Que tú vales mucho, nena, y que te has comido a esta panda de fascinerosos (que diría Jesús Gil) para merendar. Se esperaban otra Mari Carmen “error” o alguna otra muerta de hambre de tres al cuarto  a quien machacar a cambio de cuatro duros y se encontraron a una Señora que es la viva definición de lo que mi madre llamaría “tener cuajo”.

Nuestra amiga y musa Kelly Mor dio ella sola a la cadena que tan mal la está tratando un 18% de audiencia, levantando un programa en franca decadencia. Mostró, una vez más, que en el dedo meñique del pie izquierdo tiene más clase que todos los (y para más inri, las) Torquemadas machistas que van de digno/as juntos. Salió de todas, demostró tablas y clase, retrató a todos como lo que son y cayó de pie, ganándose el sueldo con valentía, clase y mérito. Mucho más, por supuesto, que todos los colaboradores juntos.

Kiko Matamoros no tuvo una de sus noches más acertadas, caso de que alguna lo haya sido. Más que en el SALVAME, parecía estar en EL CLUB DE LA COMEDIA, repitiendo una y otra vez chascarrillos machistas sin gracia sobre fantasías sexuales de mujeres vestidas de enfermera. No entiendo esa obsesión, pues yo creía que él con Makoke hacía el “guardia civil” (¿habéis visto con que sutileza yo sí que he hecho un chascarrillo ingenioso?)

Gustavo González era uno de los colaboradores que a mí personalmente me suscitaban más credibilidad, pero la perdió esa noche. Y, como la virginidad, esto sólo se pierde una vez y para siempre. A su indignación- fingida por decir que si había piropeado/ tirado los trastos (¿quién no va a piropear a alguien tan guapa como Kelly Mor?), le pillé en una contradicción flagante; antes había dicho que no había hablado nunca con Raquel y esa noche reconoció que sí que habían hablado en otros platós con anterioridad. Ergo si me ocultas algo es que tienes algo que ocultar. He de reconocer que me esperaba más de él. No porque cuestionase a Raquel, que está en su derecho, si no por el tono zafio, oscuro y machista al hacerlo.

No obstante, la peor con diferencia fue Patiño. Si esta es la mujer que tiene que liderar la independencia y liberalización de las mujeres vamos todos a Afganistan que estaremos mejor. Pero lo peor fue el acusar una y otra vez sin demostrar nada. Que has  ejercido la prostitución y tengo el anuncio de tu contacto en un periódico. Pero no lo mostró. Que tengo la sentencia donde te echaron del Hospital por casquivana. Pero no la mostró. Que has querido ser actriz porno. Pero no lo mostró. (Como mucho, Kiko Matamoros dijo que se lo había contado Dinio Garcia, el colmo de la fiabilidad). Yo creo que lo único que demostró Patiño son dos cosas; que necesita urgentemente un peluquero y que no para de dar “patiñazos” (lo siento, no lo he podido evitar) en estos últimos tiempos, ya que en otros temas le han salido informaciones que luego se ha tenido que tragar con patatas.

Todo ello, por supuesto, aderezado con insultos, la vieja táctica del machaque-ataque, insinuaciones, risitas de hienas histéricas y otros trucos del baúl de la Piquer. Que no cuela, machos, que meáis fuera de tiesto. Algo se debieron de dar cuenta casi al final porque Terelu hizo un semi-amago de censurar comentarios groseros y machistas. Supongo que por cubrir el expediente, pero bueno, justo es decirlo.

No sé si lo peor en verdad fue el famoso polígrafo. Lo cierto es que a mí tanto me da que salga todo verdad como todo mentira. Me la pela completamente.

Primero, porque si desde aquí defendemos a Raquel no es porque sea una Santa, si no porque demuestra una clase y saber estar que otros no tienen, porque es un animal televisivo que rebosa carisma, porque está de buena que te cagas y porque está siendo objeto de un linchamiento machista y retrógrado injusto, así que aquí defendemos al (supuestamente) más débil frente a la maquinaria de tele5. No se trata de equilibrar fuerzas, que la maquinaria es más fuerte y este blog es un rincón perdido de internet, pero sí de estar al lado de quien lo merece.

Segundo porque el polígrafo está al servicio del programa y nos suscita la misma credibilidad que éste; entre ninguna y cero patatero. No creo que haya nadie a estas alturas tan ingenuo como para pensar que si lo manipulan todo por qué no van a manipular una cosa más, esa misma que Conchita tartamudea y suda cada vez que tiene que dar una explicación.

Para hacernos una idea de lo que la gente se cree el polígrafo, hicimos en este mismo blog un escrito recogiendo el rumor, supongo que malicioso, de que la tal Conchita en verdad era churrera y sacaba el trasto del garaje de sus padres los fines de semana para ganarse un sobresueldo. Lo cual, recordemos, nos suscitaba bastante más interés, pues el polígrafo lo podemos requerir alguna vez, pero los churros han salvado a más de uno de algún coma etílico una noche de juerga, entre ellos por supuesto a este humilde servidor.

Tercero y esto ya es por hablar un poco; toda verdad es relativa y del color del cristal con que se mira, como ya nos dijo Valle Inclán hablando así mismo de esperpentos. Pretender dilucidar la verdad con un “sí” o un “no” en una pregunta de múltiples interpretaciones es un absurdo.

Podríamos divagar sobre ello y entrar en el tema del por qué ni siquiera en Norteamérica, que se emocionan con todo, lo aceptan como prueba válida, pero en vez de eso permitidme divagar sobre mí; yo soy capaz de superar el polígrafo aun mintiendo como un bellaco.

La razón es que tuve una pareja que me pillaba en todas las mentiras. Incluso antes de que se desarrollasen en mi mente, ella zas!, me pillaba al vuelo que mentía, la muy capulla. Nunca pude engañarla, pero a base de intentarlo desarrollé tal capacidad para mentir que en breve me llamará la CIA para que les enseñe a hacerlo.

Pero esto era una divagación. Lo que decíamos es que el trasto ese de los cables nos suscita la misma credibilidad que Judas en un burdel y que nos repanfinfla lo que salga. No obstante, para el común de los mortales y las viejas que ven algo con cables y luces y piensan que eso tiene que ser la leche, supongo que lo que quedará para la historia es que Raquel dijo la verdad en casi todas de las 26 preguntas, “fallando” en un par o tres de ellas.

El porcentaje de aciertos es sensiblemente superior al de otros colaboradores que han ido.

Sin embargo, eso no es lo importante. Aunque aquí somos más tontos que Pichote hay algo que no se nos escapa; las 2-3 preguntas que “falló” la amiga Raquel eran las preguntas claves que de haber “acertado” les hubiera desmontado el chiringuito sin dejarles salvar siquiera los muebles. Es decir; si haces una campaña agresiva, zafia, rastrera y machona para presentar a Raquel como una montajista y una prostituta, y llevas dos semanas dale que te pego pim-pam-pum con ello, como encima el trasto-churro nos lleve la contraria el castillo de naipes se derriba cosa mala y no tenemos por donde tirar. Como diría Ana Pastor, esta sí una periodista de verdad, “he aquí los datos, saquen ustedes las conclusiones”. Ya sabemos que las cosas no son como son, si no como quieren que veamos que sean.

No obstante, aquí podemos ser unos cachondos y mala gente, pero intentamos ser coherentes. Si nos da igual lo que saliera, es eso, que nos da igual. Como si salen todas mentiras, qué más  da? Raquel Moragues no ha hecho nada malo, salvo tener mal gusto y montárselo con un señor como Amador, cuyos pelajos me hacen daño a la vista y que es soso y fullero como él solo. Ha vivido libremente su sexualidad y si ha ganado algún dinerillo con ello hace bien, que más le está haciendo ganar a la cadena de marras y bien que se lo merece por las muchas tardes de gloria que nos está dando, aunque sólo sea por ver cómo pone ella sola y sin medios contra las cuerdas a esta panda de hipócritas y su maquinaria. Es el viejo debate de que si no hubiera clientes no habría prostitutas, así que lo menos que puede hacer el viejo baboso es agradecerle a María de Magdala el buen rato que ha pasado, no tirarle piedras.

Tenía algunos apuntes más, pero no sobre lo que salió si no sobre lo que no salió. Como siempre, me fijo más en lo que se calla que en lo que se habla. Ni una sóla pregunta sobre si Amador estaba compinchado, por ejemplo. Ni una mención a las teorías de nuestro amigo el Conde Lequio, por ejemplo. Ni una mención a la supuesta demanda que quiere poner Amador a Kelly y a la cadena, por ejemplo. Pero bueno, que da igual, que ya lo sabemos, que es EL SALVAME y no esperamos gran cosa.

Insisto de nuevo; no deberían de dejar escapar a este diamante en bruto. Supongo que Paolo Basile (o Vasile?) no es tonto y ya lo habrá visto. Personalmente, me gustaría ver a Raquel en otra faceta más cotidiana, más como debe ser ella en el día a día, fuera de estos machaques y esta zafiedad.

No tengo ninguna duda de que la tontería esta de EL CAMPAMENTO, que ha entrado con unos niveles de audiencia discretos, remontaría cosa mala de estar ella por allí. Supongo que el gordo ese de las manolas lo agradecería, y Lucía tendría un hombro sobre el que llorar. Es más; estoy seguro que nos llevaríamos una grata sorpresa y lo que pretendía ser la pilingui de España demostraría ser alguien sencillo, agradable y cercano. Igual pierde algo sin maquillaje, como en la horrible promoción aquella de este mismo delxue, pero nos da igual porque la queremos y nos gusta lo mismo.

Personalmente, también temo que el éxito de Raquel sea así mismo lo que limite su recorrido. No sé cómo andarán los pasillos de palacio en tele5, pero me imagino que debe ser un sitio de intrigas que riáse usted de Los Borgia, Maquiavelo y los papeles de Bárcenas juntos. Más de una nueva aspirante a princesa del pueblo y algún otro/a gualtrapa sin nada que aportar ya estarán conspirando para apartarla. “Que esta tía nos lleva al paro porque ella sí que vale”. “Que se nos acaba el chollo como no nos pongamos firmes”. “Que nos da sopa con ondas y la gente se da cuenta, debemos unirnos para eliminarla”. “Que ella tiene tema y yo todavía estoy viviendo de la Pantoja, más acabada que La Moños”. No sé si habrán subido un par de ellos al despacho de Vasile para decir que vale, que ya nos hemos reído, que dejemos a Raquel descansar y sigamos con lo nuestro, a darle la patada y yastá.

Si es así, Vasile, no les hagas ni puto caso. Que te plegastes a las mismas exigencia de “aquí que no me haga sombra nadie” de la princesa del pueblo original y luego mira cómo  te lo pagó. Que no te has hecho rico siendo tonto. Dale cancha a Raquel y ya veremos donde nos lleva, pero estoy seguro que a nuevas tardes de gloria y saber estar.

Tenía algunas cosillas más en el tintero, como hablar de Amador, su supuesta demanda contra Raquel y alguna otra cosa que tengo por ahí, pero como sé que muy largo no se lee (o sea, que este tocho no se lo va a leer ni su puta madre, por mucho que suba el contador de visitas en estos últimos días), decía, pues eso, que para no alargar más la cosa lo dejamos para otro día. Que manda cojones lo de Amador, dicho sea de paso, pero esto será el próximo tocho o por ahí. Nuestro más sincero ánimo y felicitaciones a Raquel, aquí un amigo que te defenderá hasta la muerte desde esta humilde trinchera.

Hasta entonces, ya saben, tengan cuidado ahí fuera y sean buenos o malos en su justa medida.